La importancia de prevenir la Trombosis

 

  • Cuando un coágulo obstruye la circulación sanguínea en una vena o arteria, se está frente a una trombosis. En una arteria del pulmón puede causar un embolia pulmonar, en el cerebro un ataque cerebrovascular (ACV), en el corazón un infarto y en las venas de los miembros inferiores una trombosis venosa (TEV).

  • ¿Quiénes tienen incrementado el riesgo de padecer trombosis? ¿Las personas que viajan en avión? ¿Las que son sometidas a internaciones prolongadas? ¿Los mayores de 70 años? ¿Qué relación existe entre las alteraciones del ritmo cardíaco y el accidente cerebrovascular? ¿La obesidad, el consumo de tabaco y/o de alcohol y el uso de hormonas aumentan las chances de padecer trombosis? ¿A mayor edad, mayor riesgo?

  • Expertos locales arrojan luz sobre algunas creencias acerca de las trombosis muy arraigadas en el saber popular, pero que no siempre se condicen con la evidencia científica.

Buenos Aires, 29 de Septiembre de 2016 – En pleno marco del XII Congreso Argentino de Hemostasia y Trombosis, y en vísperas del Día Mundial de la Trombosis, que se conmemora el 13 de octubre, expertos del Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis (Grupo CAHT) despejaron algunos mitos respecto de esta afección originada por coágulos que obstruyen la circulación sanguínea y que pueden ser causales de discapacidad e incluso de muerte.

¿Qué es una arritmia y cuál es su relación con el ACV? ¿A mayor edad, mayor riesgo? ¿Incrementan el riesgo de trombosis quienes viajan en avión? ¿Las personas sometidas a internaciones prolongadas? ¿La obesidad, el consumo de tabaco y/o de alcohol y el uso de tratamientos hormonales aumentan las chances de padecer trombosis arterial o venosa?

Pero antes de dar respuesta a estos interrogantes, es necesario repasar de qué se habla cuando se habla de trombosis: consiste en la formación de un coágulo en una vena (tromboembolismo venoso o TEV) o arteria que obstruye la circulación de la sangre. Si el coágulo se forma en las venas de los miembros inferiores causa una trombosis venosa profunda (TVP); si migra por el torrente sanguíneo y se aloja en el pulmón, puede causar una embolia pulmonar; si lo hace en las arterias del cerebro, un ataque cerebrovascular (ACV); y en el corazón, un infarto agudo de miocardio (IAM).

Hoy se sabe que la trombosis venosa puede afectar a personas de todas las edades, sexo, clase social o etnias. Las cifras mundiales arrojan que cada año se registran unos 10 millones de casos[1], que dan como resultado entre 100 mil y 300 mil muertes solamente en los Estados Unidos[2] y 544 mil en Europa[3]. La cifra es tan significativa que sólo en los Estados Unidos y en el Reino Unido, aun sumando todas las defunciones por VIH-SIDA, cáncer de mama, accidentes de tránsito y cáncer de próstata, el número seguiría por debajo del total de víctimas que se cobra la TEV[4].

“Para que ocurra una trombosis deben darse una serie de circunstancias o factores de riesgo que provoquen la formación del coágulo[5]. No todos los factores tienen igual poder para generar una trombosis, por eso se habla de factores de riesgo fuertes, moderados y débiles[6]. La trombosis no se produce por la presencia de un único factor, deben coincidir más de uno para que ocurra”, aclaró la Dra. Patricia Casais, Coordinadora del Comité del Día Mundial de la Trombosis en Argentina, médica hematóloga del Centro de Hematología Pavlovsky y ex presidente del Grupo CAHT.

En cuanto a las trombosis arteriales, la Dra. Andrea Rossi, médica hematóloga, Presidente del Grupo CAHT y Jefa de Hematología de la Fundación Favaloro, explicó que “el ACV puede ser consecuencia de una trombosis en una arteria cerebral generalmente relacionada a factores de riesgo como hipertensión arterial, diabetes o hipercolesterolemia, o puede deberse a una embolia, es decir a un trombo que viaja por la sangre, proveniente por ejemplo del corazón”. La Fibrilación Auricular (FA), una alteración muy frecuente del ritmo cardíaco, es responsable de 3 millones de ACV embólicos. Los pacientes con FA tienen 5 veces más posibilidades de tener un ACV que las personas que no tienen FA; además el ACV secundario a FA se asocia con una mortalidad del 25% a los 30 días.

“Se calcula que 2/3 de esos ACV pueden ser prevenidos con un tratamiento antitrombótico adecuado. La detección precoz de esta arritmia y el tratamiento anticoagulante adecuado permiten prevenir un gran número de ACV”, continuó la Dra. Rossi.

“A pesar de la eficacia y seguridad del tratamiento anticoagulante oral para evitar el ACV en pacientes con fibrilación auricular, los estudios internacionales y un registro de la Sociedad Argentina de Cardiología muestran que aún hoy, casi el 50% de los pacientes con esta arritmia no reciben tratamiento anticoagulante adecuado”, señaló la especialista.

Difundir información adecuada acerca de los factores de riesgo para desarrollar una trombosis arterial, permite cambiar ciertos hábitos y realizar una consulta médica precoz para evitar una enfermedad invalidante.

La Dra. María Ester Aris Cancela, médica hematóloga, Jefa de Hematología del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, expuso sobre las situaciones que aumentan el riesgo de padecer un tromboembolismo venoso. Entre ellas, las internaciones y las cirugías son las más frecuentes y las potencialmente prevenibles. “Aunque se ha difundido la creencia de que viajar en avión es un factor de riesgo importante de trombosis, la evidencia muestra, que la frecuencia de embolia pulmonar luego de un viaje mayor de 12 horas es de 5 por millón, y el riesgo de muerte por embolia pulmonar inmediatamente después del viaje es menor a 0.6 por millón de pasajeros que vuelan más de 3 horas[7]”, explicó la Dra. Aris Cancela. Considerando que millones de personas viajan en avión diariamente es importante esclarecer este tema para evitar miedos infundados, propiciar la prevención y prevenir el uso inadecuado de drogas anticoagulantes.


La trombosis en cifras

La evidencia científica sostiene que la trombosis es una patología común subyacente asociada con la enfermedad cardíaca isquémica, el ACV isquémico y la trombosis venosa profunda.

El estudio GBD de 2010 (Impacto Mundial de Enfermedades, Injurias y Factores de Riesgo) indicó que la enfermedad cardiaca isquémica y el ACV son, en conjunto, responsables de 1 de cada 4 muertes en el mundo[8]. Se sabe además que la trombosis venosa profunda asociada con internaciones, es la principal causa de discapacidad en países de bajos o medianos recursos y la segunda causa de internación más frecuente en países con recursos altos, por encima de la neumonía y de las infecciones producidas por el uso de catéteres y por eventos adversos farmacológicos.

A nivel local, los datos de la Dirección de Estadísticas e Información de la Salud, perteneciente al Ministerio de Salud de la Nación, señalan que cerca del 40% de las defunciones en Argentina en el año 2014 fueron ocasionadas por dos grupos de causas: enfermedades del corazón y tumores malignos, con 63.130 y 60.791 respectivamente. En tanto, la mortalidad por enfermedades del corazón fue de 148,0 por cien mil habitantes, tres veces la mortalidad por neumonía e influenza (57,6 por cien mil) y por enfermedades cerebrovasculares (46,5 por mil)[9].


Medidas de Prevención

Entre las medidas de prevención en los pacientes internados y considerados “de riesgo”, se encuentran la administración de medicación que evite la formación de coágulos (anticoagulantes), el uso de dispositivos mecánicos (medias de compresión, dispositivos de compresión neumática intermitente en las extremidades inferiores) y que el paciente se mueva, camine o mueva las piernas a menudo. Una vez producida la trombosis venosa, el tratamiento consiste en la administración de fármacos anticoagulantes y el uso de dispositivos mecánicos.

La prevención del ACV en pacientes con FA consiste en el tratamiento anticoagulante oral. Las medidas de prevención del ACV no embólico son fundamentalmente el desarrollo de hábitos saludables, y el control de los llamados “factores de riesgo cardiovascular” (es decir, controlar la hipertensión arterial, el colesterol, diabetes, etc.).


Acerca del Día Mundial de la Trombosis

El Día Mundial de la Trombosis fue establecido por la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH) junto a numerosas organizaciones mundiales, con el propósito de erradicar las muertes prevenibles por la trombosis en todo el planeta.

Se conmemora anualmente el día 13 de octubre, en honor al nacimiento de Rudolf Virchow, quien fuera un precursor en el estudio de la fisiopatología de la trombosis. Para 2016, el lema de la campaña es “Conocé la Trombosis”.

Entre los objetivos del Día Mundial, alineados con los de la Organización Mundial de la Salud que para el 2025 promueve una reducción del 25% de la incidencia de las enfermedades no transmisibles, se encuentran: subrayar la seriedad de la enfermedad, aumentar la concientización, fomentar la consulta médica temprana, promover que las organizaciones locales generen campañas, y comenzar el proceso de abogar para que los sistemas de cuidado prevengan, diagnostiquen y traten las trombosis.


Acerca de Grupo
CAHT

El Grupo Cooperativo Argentino de Hemostasia y Trombosis (Grupo CAHT), es una sociedad científica sin fines de lucro que congrega a médicos, bioquímicos, biólogos y técnicos dedicados al estudio de las enfermedades de la coagulación de la sangre.

El Grupo CAHT es el responsable de llevar a cabo el Día Mundial de la Trombosis en Argentina, iniciativa que, por tercer año consecutivo, ha sido declarada de Interés Nacional por el Ministerio de Salud de la Nación (Resolución 214/2016). Las actividades que el Grupo CAHT ha organizado en diferentes puntos del país cuentan con el auspicio de la Sociedad Argentina de Cardiología, Sociedad Argentina de Hematología y del Grupo Latinoamericano de Hemostasia y Trombosis.

[1] Jha AK, Larizgoitia I, Audera-Lopez C, Prasopa-Plaisier N, Waters H, Bates DW. The global burden of unsafe medical care: analytic modeling of observational studies. BMJ Qual Saf 2013; 22;809-15. Retrieved from:http://qualitysafety.bmj.com/content/22/10/809.full.pdf+html

[2] US Department of Health and Human Services. Surgeon General’s Call to Action to Prevent Deep Vein Thrombosis and Pulmonary Embolism 2008. Available at: http://www.surgeongeneral.gov/topics/deepvein.

[3] Heit, JA. Poster 68 presented at: American Society of Hematology, 47th Annual Meeting, Atlanta, GA, December 10-13, 2005

[4] Cohen AT, Agnelli G, Anderson FA, et al. Venous thromboembolism (VTE) in Europe. Thromb Haemost. 2007;98:756-764.

[5] Rosendaal FR. Venous thrombosis: a multicausal disease. Lancet. 1999;353(9159):1167-73

[6] Konstantinides SV, Torbicki A, Agnelli G, Danchin N, Fitzmaurice D, Galiè N, Gibbs JS, Huisman MV, et al.; Task Force for the Diagnosis and Management of Acute Pulmonary Embolism of the European Society of Cardiology (ESC). 2014 ESC guidelines on the diagnosis and management of acute pulmonary embolism. Eur Heart J. 2014;35(43):3033-69

[7] Konstantinides SV, Torbicki A, Agnelli G, Danchin N, Fitzmaurice D, Galiè N, Gibbs JS, Huisman MV, et al.; Task Force for the Diagnosis and Management of Acute Pulmonary Embolism of the European Society of Cardiology (ESC). 2014 ESC guidelines on the diagnosis and management of acute pulmonary embolism. Eur Heart J. 2014;35(43):3033-69

[8] ISTH Steering Committee for World Thrombosis Day. Thrombosis: a major contributor to the global disease burden. J Thromb Haemost 2014; 12: 1580–90.

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