Mucho duerme, poco descansa

Mucho duerme, poco descansa

¿La mayoría de las noches duerme entre ocho y nueve horas pero igual se siente aturdido por las mañanas? Un estudio del sueño puede descubrir porque nunca descansa.

La causa más común de la somnolencia es no dormir suficiente. Un sueño suficientemente reparador es fundamental para mantener la buena salud. Los estudios realizados en la última década han demostrado que un sueño saludable es tan importante como hacer ejercicio regularmente y alimentarse de forma sana. La mayoría de los adultos necesita entre siete y nueve horas de buen sueño para cosechar las ventajas de esto sobre la salud.

Cuando uno no duerme suficiente, con el tiempo, eso puede tener graves consecuencias para la salud. Por ejemplo, la falta constante de un sueño sano puede aumentar el riesgo de presión arterial alta y enfermedad cardíaca. Las personas que no duermen suficiente tienen más dificultad para mantener un peso sano que quienes duermen bien. No dormir bien también puede aumentar el riesgo personal para depresión, ansiedad y abuso de sustancias adictivas.

Un interesante sitio web preparado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades muestra la proporción, por ciudad, de adultos que no alcanzan ni siquiera 7 horas de sueño. Si desea más información o ver si su ciudad aparece mencionada en la lista, visite cdc.gov/500cities, y elija la categoría de “conductas no sanas” (unhealthy behaviors) y la medida de “sueño” (sleep).

Si bien dormir suficiente es importante, también es fundamental tener un patrón regular de sueño y vigilia. Los últimos estudios revelan que un horario irregular, como acostarse y levantarse más tarde en fines de semana que entre semana, se relaciona con menos salud, peor humor y más somnolencia y cansancio. Algunos estudios revelan que ese patrón de sueño, a veces llamado “desfase horario social”, se relaciona con una probabilidad mayor de enfermedad cardíaca. Mantener un horario regular de sueño y vigilia, así como dormir por lo menos 7 horas todas las noches, ayuda a mejorar la calidad y eficacia del sueño.

Si pese a dormir suficiente no se siente descansado por la mañana, es posible que ese aturdimiento matutino sea el síntoma de un trastorno del sueño tratable. Haga una cita con un médico especializado en medicina de sueño, quien puede hacer una valoración completa de la situación, incluido hablar sobre los síntomas, revisar el historial médico y realizar un examen físico.

Con base en la evaluación, algunos exámenes específicos podrían ayudar y tal vez incluyan un estudio del sueño. Si se le recomienda un estudio del sueño, el mismo se puede llevar a cabo en un laboratorio donde se lo monitorizará durante todo el estudio. Este tipo de estudio del sueño se llama polisomnografía e implica monitorizar las ondas cerebrales, el tono muscular, el flujo del aire, el nivel sanguíneo de oxígeno, la frecuencia cardíaca y la respiración durante el sueño. En otras ocasiones, un examen domiciliario para apnea del sueño puede brindar la información necesaria.

Busque ayuda en un centro del sueño reconocido por la Academia Americana de Medicina del Sueño. Su médico puede ayudarlo a decidir el mejor examen para usted y luego, según los resultados de los exámenes, establecer el diagnóstico. Si necesita tratamiento para un trastorno del sueño, el médico puede ayudarlo a escoger un plan de tratamiento que funcione bien para lograr sus metas. Los médicos certificados por el respectivo consejo en medicina del sueño son quienes están especialmente preparados para brindarle el tratamiento que necesita a fin de que empiece a sentirse mejor.

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