Hay que considerar el congelamiento de gametos ante enfermedades crónicas o complejas

Hay que considerar el congelamiento de gametos ante enfermedades crónicas o complejas

En el marco del Mes Internacional por el Cuidado de la Fertilidad, los expertos coinciden en que debe informarse a los paciente sobre la criopreservación ante cualquier afección que implique postergar la concepción o que pueda traer consecuencias a futuro.

Cuando se habla de preservar la fertilidad por razones médicas, casi inmediatamente se piensa en enfermedades oncológicas, donde además existe la posibilidad de contar con cobertura sanitaria para criopreservar tanto óvulos como espermatozoides.

No obstante, los especialistas advierten que existen muchas otras condiciones, algunas de ellas crónicas, que son plausibles de ser consideradas al momento de planificar el ser madres o padres a futuro: endometriosis, trastornos de salud mental, obesidad mórbida y hasta intervenciones por causas traumatológicas. Es decir, cualquier afección en la que la concepción esté contraindicada debe ser tenida en cuenta por los especialistas para asesorar a sus pacientes.

Este fue el tema elegido por la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR) y la Asociación Concebir para concientizar a la comunidad en el marco del inicio de junio, considerado el Mes Internacional por el Cuidado de la Fertilidad.

Cobertura del tratamiento

En Argentina, como el tratamiento del cáncer puede comprometer la fertilidad a futuro, es de indicación precisa la criopreservación de gametos, tanto femeninos como masculinos, y el procedimiento cuenta con cobertura por parte de las obras sociales y las prepagas. No obstante, con otras enfermedades crónicas o situaciones como las mencionadas, muchas veces el panorama es incierto.

«Si una mujer es notificada por su médico de que tiene temporalmente contraindicado embarazarse, puede realizar una presentación a su obra social o prepaga que incluya un resumen de historia clínica en el que conste esa contraindicación», comenzó indicando Ana Claudia Ceballos García, presidenta de la Asociación Civil Concebir.

Lugo, se explayó: «Si la autorizan a buscar un embarazo recién dentro de 5 o 6 años, para ese entonces puede haber perdido la capacidad reproductiva».

«Hay muchas patologías sumamente frecuentes más allá de las oncológicas y, si el deseo de embarazo es fuerte, debe realizar esa presentación para que se considere la cobertura de su criopreservación”, detalló la presidenta de la organización conformada por un grupo de pacientes que acompaña a las personas con dificultades reproductivas.

Preservación de la fertilidad

El diagnóstico de una enfermedad compleja genera angustia y preocupación. Cuando esta llega en etapas tempranas de la vida, suelen surgir además dudas sobre la posibilidad futura de maternar o paternar. Ante estas situaciones, cada vez más personas y sus familiares consultan por la preservación de la fertilidad.

Fabián Lorenzo, médico especialista en Medicina Reproductiva y secretario de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR), ejemplifica esta situación con el caso de una paciente de 35 años con obesidad mórbida: «Debe realizarse un by pass gástrico y el cirujano le recomienda que no se embarace por los próximos 3 o 4 años; esa mujer sí o sí verá afectada su capacidad reproductiva, aunque no se esté haciendo nada contra el ovario«.

También puede darse en el caso del lupus, cuyo tratamiento puede incluir la contraindicación temporal del embarazo por el uso de medicación que puede ser nociva para el ovario o porque, si se embaraza rápidamente, puede perderse el efecto logrado con el tratamiento de su enfermedad.

Lorenzo también menciona a las pacientes que deben someterse a una intervención quirúrgica cuyo tiempo de recuperación sea prolongado: «Si la mujer tiene, por ejemplo, una desviación en la columna y será operada, el traumatólogo le indicará cuánto tiempo lleva consolidar esa corrección; a lo mejor son cuatro años, durante los cuales no deberá quedarse embarazada«.

«Por todo esto, es crítico que estén adecuadamente informados sobre preservación de la fertilidad los cirujanos bariátricos, inmunólogos, traumatólogos, entre otros especialistas, pero lo cierto es que en su mayoría no lo están«, subrayó el especialista.

La información como clave

Agustín Pasqualini, vicepresidente de SAMeR, indicó por su parte que cualquier enfermedad que pueda repercutir en la reserva ovárica a futuro, sin dudas merece una consulta de asesoramiento respecto de la congelación de óvulos. «Si hay probabilidad de pérdida de capacidad reproductiva, la criopreservación es clave«, sostuvo.

Un estudio europeo reciente evaluó la reserva ovárica de un número amplio de mujeres y se observó que el 40% de las menores de 35 años presentaba valores por debajo de los esperados para la edad. De esa población, el 45% no tenía antecedentes de enfermedades ni nada que hiciera sospechar la baja reserva ovárica, mientras que el resto sí.

«La reserva ovárica puede medirse a cualquier edad, pero es importante aclarar que los niveles bajos no son sinónimos de infertilidad, aunque significa que tal vez esas mujeres vayan a encontrar alguna dificultad para lograr el embarazo«, advirtió el Dr. Pasqualini.

Luego, agregó: «El mayor problema viene cuando la baja reserva se combina con edad avanzada; entonces, hay que buscar el equilibrio entre medirla en algún momento de la vida de esa mujer, pero no empezar a evaluarlo a edades tempranas, porque tal vez tienen baja reserva e igual se embarazarán y sólo se consigue preocuparlas«.

Postergar la maternidad

El trabajo, el estudio y la realización profesional siguen siendo los principales motivos por los cuales se posterga la maternidad. Hoy, a sus 35 o 40 años, muchas mujeres se encuentran en la plenitud de la vida activa y tienen otros objetivos. Por otra parte, los avances en los tratamientos pueden generar la sensación de que se puede diferir el proceso por mucho tiempo, aunque -de acuerdo con los especialistas- esto no es tan cierto. De hecho, la edad muchas veces impacta hasta en los resultados de la ovodonación.

La mejor edad para la concepción sigue siendo entre los 20 y los 30 años y, para criopreservar, entre los 33 y 35; si se postergará la maternidad, hay que pensar en preservar la fertilidad; siempre es bueno al menos realizar una consulta en este sentido«, aseguró Gabriel Fiszbajn, médico especialista en Medicina Reproductiva y presidente de la SAMeR.

Luego, continuó: «La endometriosis, los trastornos inmunológicos o cualquier otra afección crónica que pueda llegar a afectar la reserva ovárica o que requiera esperar un tiempo prolongado para el embarazo, también deben ser consideradas«.

Fiszbajn asegura que, actualmente, se observa una disminución en la natalidad a nivel global. La situación tiene un impacto tal que fue uno de los temas abordados en la reciente reunión científica de SAMeR en conjunto con la Federación Internacional de Sociedades de Fertilidad (IFFS, por su sigla en inglés).

«Argentina no escapa a esta realidad; por mucho tiempo se hizo hincapié en la anticoncepción como planificación familiar y, como venimos diciendo hace unos años, sin plantear la necesidad de realizar una planificación reproductiva; las mujeres se asesoran sobre cómo tomar anticonceptivos, pero deberían también hacerlo sobre cómo cuidar y preservar su fertilidad«, advirtió.

«Desde nuestra organización, brindamos asesoramiento psicológico para la toma de la decisión; saber que pueden preservar la fertilidad atenúa significativamente la ansiedad de los pacientes ante determinado diagnóstico«, consignó Gabriela Barontini, licenciada en psicología perinatal, especialista en Medicina Reproductiva y Fertilidad Asistida, y coordinadora del Equipo de Salud Mental de la Concebir.

Nicolas Arzani

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